Es escribir a alguien
o lanzarse al silencio,
a nadar en lo oscuro,
a encender una llama
aunque ahoguen las dudas.
¿Carta a lo que no existe?
Hay buzones alados
que se disparan solos
y un correo sin pistas
ni trayecto seguro.
Eludir el camino
que todos conocemos.
Seguir hacia adelante
ruta de los que intentan
lo que nunca pensaron
y se sienten felices
porque hay algo distinto,
porque se desvanece
de pronto lo que sobra
y no existe el vacío
si queremos colmarlo.
De entrada, vemos como esta autora rompe con las normas. Su tono es de exploración, de reflexión, características propias de una poesía filosófica. Hablamos aquí de versos libres o blancos, que no tienen rima, pero sí métrica.
El poema en sí es como una gran metáfora porque sugiere la comunicación con lo intangible, lo desconocido, lo que no está. Yo diría que hay un símil implícito en “es escribir a alguien o lanzarse al silencio”, porque, aunque no use “como” o “cuál”, hace una comparación entre escribir y lanzarse al vacío, al silencio. Champourcín utiliza la personificación cuando habla de “buzones alados”, con esto nos propone una forma de comunicación que va más allá de lo ordinario.
Paradoja en “¿Carta a lo que no existe?”, “no existe el vacío si
queremos colmarlo”. Sus ideas son un tanto contradictorias.
Hay más figuras, como la sinestesia “nadar en lo oscuro”, el simbolismo: La
“llama” como símbolo de esperanza o inspiración. El “vacío” como símbolo de lo
desconocido o quizás, la falta de inspiración.
Creo que pensando en esta época, es importante señalar en el poema, la
búsqueda de lo nuevo, cuando habla de “seguir hacia adelante” y hacer “lo que
nunca pensaron”, lo cual refleja el espíritu innovador que siguió al
modernismo, el de las vanguardias.
No cabe duda, de que este poema, en sí, es un claro ejemplo del estilo
innovador y la profundidad temática que calificaba a estos poemas de las
ejemplares escritoras de la generación del 27.