Pecaba
Pecaba
pecaba
pero no había juicios
nadie me pisoteaba
con zapatos enormes
de cara a las baldosas del cielo
Seguir
rezando
arrodillarse en el reclinatorio
estatuas de mármol e indiferencia
en cada rincón del templo
Mea
culpa
mea culpa
mea culpa
Estoy aquí y no existes
No atiendes mis plegarias
Salgo a la calle.
De repente estás en todas partes
Tus ojos de hueso y obsidiana me persiguen