porque
de vez en cuando su amor es como el mar.
Y cuando el mar comienza a embestir las rocas
se convierte en millones de gotas que le dan
forma de océano.
Un bucle de pasión en la inmensidad del agua.
Los cuerpos se acompasan
y fluyen, giran en el devenir de las olas.
Trazan un mapa de aliento en la espuma
de
este amor inalienable.
Se deshacen de la complejidad del mundo.
Algo indescriptible.
Son mar, a instantes océano.
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