Éramos iguales:
amantes de libertad,
llenos de momentos plenos
en una búsqueda incesante
de encontrarnos.
Quizá no fuera fácil
tanto silencio entre medias,
ni tampoco entender
la necesidad de una hoja en blanco
ante letras indefensas.
Tal vez en mí se vislumbre
la platónica ignorancia
cuando al surgir las vacilaciones
me atrapen sombras
en la obviedad de tus ojos efímeros.
Al menos sé que conseguí entender
tu nombre.
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