-head-content'/> La palabra más mía : octubre 2016

Buscar este blog

sábado, 29 de octubre de 2016

Pasado

Ya no miro hacia atrás
donde quedó la embestida de mi nombre.
Mientras doy un paso al frente
mi memoria dolida se desboca.
Los trigales se aferran contundentes
sobre la piel que desnuda me habita;
Sin importar nada sigo caminando,
 El pretérito se emborrona en mi boca
y, no miento si digo que no recuerdo…
nada sobre nada es lo que pienso.
Necesito nuevas palabras, nuevos gestos
y un recodo solitario del camino
para abandonar los despojos de una historia
La mía, esa que no recuerdo,
esa que ya no tiene memoria.


jueves, 27 de octubre de 2016

Alma zíngara (Abecedario)



Alegre

adivinadora.

Brillante

bailarina.

Carismática, 

cálida.

Dulce danzarina,

étnica y espontánea 

Frívola, fugaz

Graciosa y gitana

Heroína húngara

Inteligente e intuitiva

Jocosa y juerguista

Libidinosa, libre

Maravillosa mirada

nacida en la noche

Optimista y obstinada

pidiendo la paz

que quiere.

Reflexiva y razonable

solamente en silencio.

Tan taimada…

Única, universal.

Viajera valiente

Zíngara.






Este fue mi primer programa de radio

http://www.ivoox.com/versame-mucho-audios-mp3_rf_11421947_1.htmlPrograma de radio

viernes, 21 de octubre de 2016

Eternamente bella

Dijo que esta vez no fallaría. Y no lo hizo.
Sin embargo, el precio que estaba pagando era demasiado alto. Ni un solo vestigio de alegría asomaba a su rostro. Pasaba los días sumido en el infierno de una condena autoimpuesta.

¿Por qué se engañaba a sí mismo, si sabía perfectamente dónde se escondía el motivo de su sonrisa?
Quizá porque también era la fuente de su desdicha.

Ya no se sentía capaz de distinguir lo bueno de lo malo. Aun así, un impulso le dictó lo que debía hacer.

Bajó al sótano, levantó las viejas tablas del suelo y comenzó a excavar con desesperación.
Al fin, una mano emergió entre la tierra, rígida, como si en su momento hubiera suplicado auxilio.
Poco a poco fue despejando el terreno hasta que apareció su rostro. Aún sin vida, seguía siendo eternamente bello.

La llevó en brazos a su alcoba y la sentó frente al tocador, donde solía cepillarse el cabello cada noche.

—Péinate, querida —le susurró—. Mientras, iré a arreglar el desaguisado del sótano.

Volvió a bajar las escaleras y trató de rellenar el hueco, echando la tierra en su sitio.
Pero entonces, otra mano asomó tímidamente entre la tierra removida.

Una mirada de odio se dibujó en su rostro.

—¡Maldito seas! —gritó—. Ahora ella es mía. Ni tú ni nadie podrá arrebatármela ya.

Colocó las tablas de nuevo y barrió un poco por encima, como si nada hubiese ocurrido.

—Enseguida subo, mi vida. Hoy estamos de celebración.

Cogió una botella de vino para la ocasión y subió rápidamente a su encuentro.
Se detuvo ante el espejo del tocador y, por primera vez en mucho tiempo, su mirada irradiaba felicidad.

Solo había un pequeño problema: ella seguía teniendo aquel rostro hermoso, pero impasible.

Bueno… ya se le ocurriría algo.

Aitana Sánchez
 Derechos reservados

 

miércoles, 19 de octubre de 2016

HIPOCRESÍA DE AMOR


Lujuria de tu cuerpo;
mi pasión y desenfreno.
No puedo obviarla,
sin querer me aferro.
Hago y deshago…
tus caricias de infierno
me envuelven en locura,
transitan por mis miedos
arrastrándome al averno.
Me disculpo ante el amor,
únicamente es deseo.
¡Qué me castigue la moralidad!
No voy a implorar perdón,
reincidiré en el lecho,
porque eso me da la vida
aunque no esté en el manual,
de lo que llamamos correcto.
Ahora ven, destapa mis ansias
y, si te hace sentir mejor,
finjamos que nos queremos.


martes, 18 de octubre de 2016

Tuya



Cuando frente a mi te tengo
 y tu cuerpo se va acercando
detengo el tiempo
en ese  susurro  de tus labios.
Y nunca nada se compara
a esos momentos de calma
de excitación, de ganas…
La sensualidad de tu mirada,
de tus ojos firmes que se clavan;
de mi boca gritando en silencio
 poseída por el roce de tu aliento.
De la excitación que nos apresa
 conteniendo el momento
de nuestras ansias.
Y no hay nada mejor que amarte,
  mirarte, desearte, besarte…
Atrapada en esos instantes
 que delatan el silencio cobarde.
Y sin palabras me tienes a tu alcance,

Tuya, sin más camino que amarte.











Campo de amapolas


Dime


Casa Maribona